El
libro de la almohada es, probablemente, la obra clásica japonesa más leída
en Occidente. Escrita a modo de diario íntimo por Sei Shōnagon, dama de la
corte al servicio de la emperatriz Teishi, nos permite acceder a la refinada
corte de Heian y nos muestra, sin reparos, los deleites, las inquietudes, las
veleidades y las predilecciones de una escritora única.
Estas páginas, que pulverizan los siglos y las distancias culturales, narran la vida en la corte imperial de Japón de finales del siglo x a través de los ojos de una mujer excepcional —inteligente, pícara, quizá algo vanidosa, pero de sensibilidad delicada y talento desbordante, capaz tanto de desvelar el complicado protocolo social de los aristócratas como de apreciar la caída de los pétalos del cerezo, el momento más hermoso de cada estación o el aroma de un kimono nuevo. Un libro que demuestra que los clásicos no son clásicos porque lo digan los académicos sino porque, por muchos siglos que pasen, siguen resultando frescos como el primer día.
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